Siembra y cultivo del maguey

No existe una única manera de plantar un maguey. Los magueyes son plantas de gran resistencia y fácil adaptación, por lo que es muy probable que crezcan y desarrollen sólo con estar en el suelo. Esto no significa que esa sea la mejor forma de sembrarlo. En su hábitat natural, un maguey tarda en alcanzar la madurez hasta treinta años. Con el cultivo y cuidados adecuados, este tiempo puede reducirse a un periodo de diez años, aproximadamente.


El cultivo tradicional en los pueblos de Milpa Alta consiste en trasplantar las crías que crecen alrededor de un maguey que se acerca a la madurez. Las crías reciben también el nombre de hijuelos, plántulas y mecuates. Esta última es una palabra de origen náhuatl que puede traducirse como “mellizo de maguey”. Una sola planta es capaz de dar entre una y diez crías que compartirán sus raíces hasta el momento de ser desprendidas para trasplantarlas.

Los mecuates deben retirarse del maguey cuando alcanzan una altura de ochenta centímetros, aproximadamente. Para esto, con un cuchillo se deben retirar espinas y púas de todas las pencas para evitar accidentes. Luego, con ayuda de un pico o azadón la cría se desprende cuidadosamente de la planta madre. Una vez fuera, los campesinos acostumbran dejar en la cría únicamente las tres pencas más cercanas al tronco del maguey. Todas las demás pueden retirarse sin ningún problema. La raíz del mecuate se recorta hasta medir alrededor de diez centímetros, aunque algunas personas también acostumbran retirarla por completo.

La planta despencada debe dejarse orear en la intemperie por espacio de uno a tres meses, hasta que las pencas y el tronco comiencen a arrugarse. Esto es para provocar que la cría, al estar en contacto con la tierra nuevamente, inicie un rápido proceso de adaptación que le permitirá sobrevivir y desarrollarse rápidamente. Todo este procedimiento proporciona, además, una idea de la capacidad de resistencia y adaptación de las plantas de maguey.

Algunas personas refieren los meses de enero, febrero y marzo como los más idóneos para plantar los mecuates. Otra recomendación frecuente es estar atentos de los ciclos lunares y sembrar mientras la luna es creciente. El suelo donde se ha de plantar el maguey debe recibir un tratamiento adecuado para enriquecerlo. Para esto se excava un cajete de aproximadamente un metro de ancho por un metro de profundidad, con la finalidad de aflojar y oxigenar la tierra. Esta puede mezclarse con abono orgánico animal o vegetal y ceniza. De esta manera se genera un sustrato con nutrientes abundantes. Los campesinos aconsejan colocar piedras grandes al fondo de la excavación para evitar que los roedores del campo alcancen las raíces de la planta y afecten su crecimiento durante los primeros años.

Al sembrarse, las pencas del maguey deben quedar a ras del suelo. La raíz no puede estar expuesta, en caso de no haber sido retirada. Algunas personas aconsejan orientar la planta en una posición donde el tronco reciba la mayor cantidad de luz entre las pencas, aunque no existe evidencia de que esto aporte un beneficio significativo. Con el paso del tiempo es importante vigilar que la planta tenga un correcto desarrollo, que no le falte agua y que permanezca erguida y recta. También se debe evitar el crecimiento de hierbas y malezas alrededor del maguey, pues podrían consumir nutrientes y agua esenciales para el desarrollo de la planta en sus primeros años. Debe tenerse en cuenta que el maguey es una especie cuyo desarrollo es particularmente lento. Descuidar cualquiera de estos aspectos podría implicar retrasos de años para su aprovechamiento.

La planta debe podarse una vez por año antes de alcanzar un metro y medio de altura, aproximadamente. Esto se realiza cortando únicamente las dos o tres pencas más cercanas al suelo. No se recomienda retirar más pencas de las indicadas. De esta manera se abre espacio para que las pencas superiores desciendan y el tronco crezca más rápidamente. Una vez alcanzado el metro y medio de altura, ya no deben retirarse más pencas del maguey o podría afectar la producción de aguamiel cuando llegue el momento. Únicamente se pueden despuntar los bordes de cada penca. Este trabajo se realiza con la ayuda de un cuchillo y consiste en retirar cuidadosamente las espinas y las púas de cada hoja.


Los residuos del despunte del maguey pueden picarse con un cuchillo o machete y depositarse junto al tronco de la planta. De esta manera le servirán de abono. Igualmente, la planta debe mantenerse limpia de malezas a lo largo de toda su vida. Igualmente debe abonarse con abono orgánico animal o vegetal una vez por año. En temporada de secas es recomendable regarla una vez por semana. Entre más limpio e hidratado esté un maguey, más crías dará.